Fernándo Sánchez, hincha, símbolo y el único en la historia de All Boys que gritó En tres categorías, dice que el descenso “es una mochila muy pesada” para su rival.
Es hincha más que jugador. Siente, sufre, goza y llora mucho más allá de los tres puntos. Fernando Sánchez, o el Cabezón, como lo conocen desde hace 34 años en el barrio, logró cumplir el sueño de jugar en Primera con su querido All Boys. Lejos de conformarse, ahora va por el objetivo de la permanencia y en ese duro camino el domingo llega River. Un partido histórico, ya que por primera vez en sus 97 años, el Albo recibirá en el barrio al Millonario. “De chiquito soñé con este partido pero nunca me imaginé poder vivirlo. Es la frutilla del postre para un grupo que hizo historia”, dice.
-Para tipo criado en All Boys, ¿cuál es el significado que tiene recibir a River en este estadio? -Es una sensación ambigua. Por un lado está todo lo que significa para la gente de All Boys este partido. Pero por el otro surge que nadie esperaba que cuando llegaran acá estarían en las mismas condiciones que nosotros, peleando por lo mismo, con necesidades de sacar puntos. No viene el River brillante ni el que todos esperábamos.
-¿Vos hubieses preferido a este River o al que en aquel momento ganaba todo y le sobraban jugadores como Aimar, Saviola u Ortega? -Siempre es lindo jugar contra equipos que viene con jugadores de jerarquía. Cuando nos tocó recibir a Estudiantes con Verón fue un lujo. Pero tengo que pensar en lo que me conviene y prefiero a este River que al que ganó todo con Ramón Díaz.
-¿Hoy juegan más contra la historia de River que contra el presente? -Sí, obvio que hay que respetar a River por todo lo que significa, más allá de que todavía no le encuentra la vuelta a su juego. Por algo River es lo que es, a pesar del momento que está viviendo.
Sánchez nació en Capital y desde muy chiquito despuntó el vicio del fútbol en All Boys. El club del barrio al que todos miraban con admiración pero al que pocos sentían con fanatismo. Sin embargo, el Cabezón siempre se sintió hincha y peleó contra la corriente en aquellos años en los que el equipo de Floresta era más un club social que uno de de fútbol... Sufrió y gritó en la B y en el Nacional B. Y ahora goza el privilegio de estar en Primera como pocos de sus compañeros.
-En la escuela, en esas reuniones en las que había compañeros de River y vos tenías que defender tu fanatismo, ¿imaginabas esta chance? -No. Siempre escuchaba a la gente más grande hablar de All Boys de la época en que estaba en Primera y me sonaba como muy lejano. Como algo irreal. Imaginate que hay generaciones de hinchas de All Boys que verán por primera vez este partido.
-Si ganan, ¿a esos compañeritos que eran de River qué les vas a decir? -Los cargaré un poco (risas). Ya tengo un par de amigos que me llamaron porque son de River pero también del barrio. Y por eso tienen el sentimiento contrapuesto: quieren que gane River pero también les tira All Boys. Obviamente que si ganamos habrá gastadas, je.
-¿Por qué creés que un club como River llega a esta circunstancia? -Fueron dos o tres años de errores constantes, de no armar equipos a la altura de lo que es River. Hoy ellos pasan por una situación a la que no están acostumbrados. Para nosotros jugar con la presión del descenso es normal, diaria. Pero para ellos es complicado y una mochila muy pesada.
-¿El triunfo se festeja por ser un grande o porque es un rival directo? -Por las dos cosas. El otro día pensaba que antes ganarle a River era superior a todo lo que te podía tocar y hoy significa sacarle una ventaja en el descenso. Es raro, todo es muy raro en nuestro fútbol…
